31 de octubre de 2012

¡Olvido!..



¡Olvido!.. Palabra de un verbo exigente. Estábamos en la mente y corazón de Dios, tuvimos 9 meses en el vientre de nuestras madres donde el olvido no existía. Mucho tiempo transcurrió y no era necesario entender que hace el olvido en nuestras vidas. Un día nos hirieron y luego de mucho dolor y perdonar tuvimos que recurrir a un olvido para seguir hacia adelante.

En otra ocasión alguien entró a nuestro corazón y de repente se desvaneció, muchas preguntas surgieron pero el olvido no era una opción. Más adelante cometimos varios errores de esos que uno se lamenta toda la vida y ahí suplicamos al olvido que nos ayude a olvidar lo hecho pero no lo aprendido, justo ahí descubrimos que el olvido trabaja despacio a veces demasiado lento para nuestro dolor.

Pero en el caminar por esta vida nos tropezamos con ese extraño sentimiento del amor. Muchas clases de amor de los cuales nadie está exento de vivir. Lloras y ríes, y tu cuerpo comienza a sentir sensaciones que nos sorprenden. Muchas nos llevan a pensar si tenemos alguna enfermedad seria. Un corazón actuando con taquicardias, un estómago que no desea alimento, sueños extraños de cosas sin sentido, manos frías y sudadas, ansiedad, euforia, un pensamiento constante en algo o en alguien como si la locura hubiera poseído nuestra mente. Una enfermedad de muerte. Nadie comprende lo que decimos, otros nos miran con ese gesto de ¿qué se habrá metido?

Lazos y más lazos nos van atando. Amor a Dios, a los padres, a los hijos, a los amigos y el eterno donde dos almas se unen para ser solo una. Un día alguno de esos lazos se corrompe, nuestro mundo se tambalea y el perdón te sugiere sanar pero el olvido no te hace fácil la tarea. ¿Cómo olvidar cuando el amor es la base de uno de esos lazos? ¿Cómo dejar ir y olvidar lo que dejó huellas y marcas en el corazón? ¿Cómo transformar un lazo en hilos suspendidos en el aire?

 El olvido es la opción de sanar muchos males, inclusive su autor sabe hacerlo extraordinariamente bien. Dios olvida nuestros errores y pecados y no vuelve acordarse de ellos jamás. ¡Qué bendición poder olvidar y no recordar más lo que duele! Pero somos seres caídos que por gracia hemos sido llamados a ser hijos, sin embargo el olvido deja trazos y fragmentos que deberíamos olvidar.

¿Podrá la mujer olvidar el hijo de su vientre? ¿Los hijos podrán olvidar por completo de quien nacieron o el amor que te robo el aliento y te hizo pensar que perderías la razón sin él? El mismo olvido tiene sus límites, prohíbe olvidar lo que por derecho el corazón debe recordar, prohíbe olvidar aquél dolor que produjo que naciera algo hermoso en ti, prohíbe olvidar que existe un Dios que por más que lo neguemos existe y prohíbe olvidar que el amor verdadero cubre multitudes de faltas.

El amor reclamará al olvido su gestión y el olvido recordará que sin amor el no existiría. Un día ellos tres se encontraron, el amor, el perdón y el olvido y nunca más pudieron separarse. Por tanto, Cristo nos amó, perdonó y olvidó nuestras acciones y de esa manera ascendió al cielo, ese cielo que un día si aceptamos a Cristo con amor, perdón y olvido nos recibirá en nuestra morada celestial. A veces el olvido es una opción, en otras es un requisito, úsalo de manera eficaz y todas las cosas cambiarán.
@Skysweetstar

25 de octubre de 2012

Promesas Bíblicas



Las promesas bíblicas son tesoros de valor incalculable que nos ayudan a entender y comprender que cuando todo lo que vemos y podemos tocar se desvanece existen las Palabras del Creador que son perpetuas y para siempre.

22 de octubre de 2012

Las Palabras


 
Las palabras ¿simples letras de adorno o arma de doble filo en la vida? No existe un arma más letal que las palabras, esas que salen al exterior y recorren a otros oídos y la respuesta instantánea según la persona que las interpreta, hace uso de sus sentimientos y emociones y responde según lo que a su entender fueron el propósito de las mismas.
Y si hablamos de interpretaciones es increíble ver como de una buena intención pasó todo a ser un escándalo. Y la pena por ello es profunda. ¿A cuántos no nos ha pasado vivir experiencias así? Duele al que interpretó mal pero duele aun más a quien las dijo sin malicia alguna.

En ocasiones podemos entender que hablar es un arte que no todos sabemos utilizar pero no es opcional el no usarlo. Siempre tendrás que utilizarlo si deseas convivir y socializar con las demás personas.
A veces nos repetimos a nosotros mismos, cómo le podré decir esto o aquello a esa persona sin que se ofenda, no encuentro las palabras correctas para hacerlo, lo escribo en un papel para no estropear lo que diré, entenderá mi intención, comprenderá que lo que digo es por que la aprecio y quiero. La secuela continúa, con todo está en la forma que se lo diga, las palabras que use, mi actitud ante ella.

Las palabras son arte, un arte de belleza u odio, un arma de vida o muerte, un don divino si es guiado por el mejor orador, Dios. En Proverbios 18:21 dice: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”. La lengua puede producir palabras de vida o palabras de muerte. Ninguna discusión ha comenzado sin palabras por el medio.

Parecería que lo mejor sería ser mudo aunque los gestos y señales también pueden ser mal interpretados. Entonces existirá alguna buena opción para ser asertivos a la hora de expresarnos: ¡Sí! Aunque nunca se podrá controlar la reacción del oyente, sí puedes mantener la paz y calma de tu corazón por haberlo hecho de manera digna y limpia.
Santiago 3:6-18
6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;
8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.
13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;
15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.
16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

21 de octubre de 2012

La Felicidad

Si tu Felicidad depende de alguien o algo el pronóstico no es nada alentador. Ten a Dios dentro de tu corazón y nunca más correrás largos trechos, caminando y buscando algo que solo existe de manera permanente en Dios.

  Salmos 16:11 "Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre".

El Tamaño de las Personas



Uno de mis videos más vistos y favorito y puedo entender por qué. ¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vida personas entran y salen de ella buscando medir cuál es nuestro valor o tamaño para compararlo con el de ellos? Y si solo quedara en comparación pero no, pasan a la crítica autodestructiva donde se pone en juego la autoestima y dignidad humana.
Somos importantes, originales y diferentes así Dios nos creó.
Nacimos en su corazón, diseñados en su mente y creados por sus manos. En la vida solo alguien nos verá tal cual somos y nos amará más allá de la vida, Dios.

Salmos 139:16 "Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas".