No había esquiado en el agua por 15 años, pero cuando unos amigos se ofrecieron a llevarnos a mi yerno Todd y a mí al lago el verano pasado, ¿cómo podría decir que no? Parecía una buena idea hasta que vi a Todd teniendo problemas para mantenerse erguido sobre sus esquíes. Había esquiado mucho, pero cada vez que trataba de levantarse sobre un esquí, seguía cayéndose. Así que cuando llegó mi turno no tenía mucha confianza.
Afortunadamente, mi amiga que es esquiadora de competición permaneció conmigo en el agua y me dio instrucciones en cuanto a lo que tenía que hacer. Me dijo: y Estas declaraciones aparentemente contradictorias marcaron toda la diferencia.
Hice ambas cosas - confié en que la lancha hiciera su trabajo, y me aferré con todas mis fuerzas. La primera vez que la lancha arrancó, me levanté y disfruté de un gran recorrido alrededor del lago.
Cuando la vida te tiene deprimido - ya sea por medio del dolor que parece demasiado duro de soportar o las circunstancias que hacen de cada día un yugo mañana, tarde y noche - el consejo de mi amiga puede ayudar.
Primero, deja que Dios te empuje y te levante por medio de Su poder (Sal. 54:1-4). Luego, sujétate de Su mano. Aférrate a Éll y (Ef. 6:10). Confía en Su poder y mantente allí. El te dará la fuerza para impedir que caigas (Is. 40:31).
"PERO LOS QUE ESPERAN EN EL SEÑOR RENOVARAN SUS FUERZAS". Isaías 40:31
Salmo 54
1 Dios, sálvame por tu nombre y con tu poder defiéndeme.
2 Dios, oye mi oración; escucha las razones de mi boca,
3 porque extraños se han levantado contra mí y hombres violentos buscan mi vida; no han puesto a Dios delante de sí. Selah
4 Dios es el que me ayuda; el Señor está con los que sostienen mi vida.
5 Él devolverá el mal a mis enemigos. ¡Córtalos, por tu verdad!
6 Voluntariamente sacrificaré a ti; alabaré tu nombre, Jehová, porque es bueno,
7 porque él me ha librado de toda angustia y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos.
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